Altruismo

¿Le das más valor a cincuenta euros o a un abrazo?
¿Prefieres sentirte valorado o disfrutar un móvil nuevo? 
Y si sientes que contribuyes a una buena causa o simplemente que estás “haciendo el bien”, ¿no es eso ya de por sí un premio?

(1) La empatía conduce a la compasión, que es uno de los principales motivadores del altruismo
(2) El reforzador de naturaleza social es muchísimo más potente que el de naturaleza material.

«Los actos altruistas son egoístas, si no es porque alivian la ansiedad, entonces tal vez porque llevan a sensaciones placenteras de orgullo y satisfacción; la expectativa del honor o reciprocidad; o la mayor probabilidad de obtener un lugar en el paraíso; e incluso si no es por ninguna de las anteriores, entonces al menos porque alivian sentimientos desagradables como la culpa o la vergüenza de no haber actuado en absoluto.»
(Aristóteles)

El altruismo evolutivo, también parece ser interesado: 

Darwin se encontraba en el buen camino, pero los evolucionistas tardaron tiempo en percatarse. Lo que desde una perspectiva pudiera considerarse altruista, desde otra era egoísmo. Sobre ese antagonismo aparente, que se dio en llamar problema de equivalencia, se desató una controversia, basada en la selección de grupo. Para aludir a la evolución del altruismo sin invocar la selección de grupo se desarrollaron la tesis de la selección de parentesco, el modelo del gen egoísta y la teoría evolutiva de juegos.
Esas teorías transformaban altruismo en egoísmo. El auxilio de un pariente a otro se convirtió en ayuda individual a sus genes en el cuerpo de otro, maximizando por tanto su «eficacia biológica inclusiva». En particular, la teoría del gen egoísta realizaba la transmutación última de considerar egoísta toda evolución genética. Bajo ese parámetro, cualquier cooperación no sería más que una mezcla de oportunismo y explotación; toda beneficencia, hipocresía redomada.
(Investigación y Ciencia - Enero 2016)


“No puede haber ningún acto «altruista» que no implique un elemento de interés personal, ningún acto de ese tipo, por ejemplo, de altruismo que no conduzca en algún grado, por pequeño que sea, al orgullo, la validación o la satisfacción. Por lo tanto, un acto no debe verse como egoísta o motivado simplemente porque incluye un elemento inevitable de interés propio. El acto todavía puede considerarse altruista si el elemento «egoísta» es accidental; o, si no es accidental, secundario; o, si no es accidental ni secundario, indeterminado.
Solo queda una pregunta: ¿cuántos de los llamados actos altruistas pueden cumplir estos criterios de altruismo genuino?”

Ya sabes
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